El desempleo juvenil.

“La pandemia impactó en la posibilidad de que jóvenes y mujeres obtengan un empleo.” 

El encabezado principal es algo que resume los hechos ocurridos desde el inicio de la pandemia, donde el desempleo fue un factor principal que, por su papel natural, hizo caer la economía al extenderse, ya que causó la probable devaluación de la moneda y desapareció a miles y miles de microempresas que no pudieron adaptarse al cambio del modelo, dejando atrás el desempleo y su caída, pero 

¿Qué sucede con el desempleo juvenil? 

Empezando desde su definición el desempleo juvenil es, según la misma definición, la falta de trabajo en la población activa de alrededor de 15 a 24 años de edad, evidentemente en esta situación hay que tener la capacidad de trabajar para ser considerado dentro de la tasa de desempleo juvenil. Existen distintos factores para que se dé su existencia, ya que no todos poseen las mismas oportunidades y esto se ve reflejado con los siguientes puntos que prueban la existencia del desempleo.


Educación: La educación podría ser uno de los factores más importantes, una de las principales causas es que el nivel de educación no se adapta correctamente al mercado laboral. Es decir, las empresas no contratan a trabajadores jóvenes porque no encuentran en ellos las habilidades que necesitan. Sin embargo, esto no indica que necesaria y obligatoriamente con la correcta educación se va a encontrar algún empleo de forma garantizada, pues nada es exacto en realidad. 

Crisis económica: Ante una crisis económica, es muy probable que el desempleo juvenil aumente mucho más dentro de las estadísticas. En épocas de recesión económica los empleados jóvenes son los últimos en acceder al empleo y los últimos en salir. Esto es debido a que es menos probable que hayan recibido una amplia formación en la empresa. 

Rigidez de contratación, costos y despidos de los empleados: Esto también está asociado al salario mínimo y a los problemas de una economía que presenta dificultades para potenciar el dinamismo y el crecimiento, estando estancada y, como se tocó en el punto anterior, esté en una recesión económica donde el empleo juvenil sea uno de los más afectados. 

El desempleo juvenil es otro de los muchos problemas que trajo la pandemia mundial, ya que esto representó, según las estadísticas, la pérdida de alrededor del 20.5 por ciento de los empleos, donde la gran mayoría son, tristemente, mujeres, mostrando aquellos límites que tiene cierto género en este mundo laboral. Así mismo, el ajuste y poca flexibilidad del mercado influyó en este tema, puesto que el desempleo entre este sector de la gente hizo que el producto interno bruto decayera en parte por la poca “recuperación” del mercado laboral con respecto a los años iniciales de la pandemia mundial, correspondiendo a 2020 el gran decaimiento en el mercado, pero recuperándose un poco en el año 2021, aunque siendo insuficiente todavía. 

“En 2021 el desempleo juvenil se elevó a 21.6% (3.6% más que en 2019) y la crisis sanitaria profundizó la desigualdad en el acceso de hombres y mujeres a las oportunidades de trabajo. El desempleo entre las mujeres jóvenes fue del 27% el año pasado, casi 10% más que los hombres jóvenes” Esto mismo dicho suena a, más que nada, una carga que recayó más sobre las mujeres, pues las labores más comunes presentadas en mujeres fueron afectadas por los cierres masivos por la pandemia, desde escuelas hasta instituciones de cuidados especiales fueron más afectadas por eso, aumentando así el desempleo entre el sector femenino.

 Las mejoras que se proyectan para 2022 no serán insuficientes para alcanzar los niveles previos a la pandemia, los que de hecho ya eran peores que el promedio mundial señala un informe realizado por la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en el año 2022, indicando que la lenta recuperación de la economía y del trabajo va a seguir la misma tendencia a ser lenta y poco progresiva.



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